Desinformación, opiniones contradictorias, profesionales enfrentados, marcas opinando sobre salud… se ve y se escucha de todo cuando relacionamos kombucha y embarazo. Bueno, y aquí metería a lactantes, niños y personas inmunodeprimidas, por lo que el título podría haber sido:

¿Pueden consumir kombucha embarazadas, lactantes, niños y personas inmunodeprimidas?

La comunidad médica es muy clara al respecto: no. Y el resto de profesionales sanitarios deberíamos acatar este consenso. A mí no se me pasaría por la cabeza incluir kombucha o kéfir de agua en una pauta dietética a una embarazada que acuda a mi asesoría nutricional.

Sin embargo, se ven marcas de kombucha que sí recomiendan su consumo en el embarazo, personas que hablan en experiencia propia o incluso algunos profesionales de la salud que le quitan importancia. No voy a entrar a valorar nada de esto. Todos somos libres de filtrar la información que nos llega según consideremos conveniente. En lo que me gustaría centrarme es en por qué la comunidad médica desaconseja su consumo y qué se podría hacer para seguir consumiendo los ácidos orgánicos de la kombucha durante esta etapa (si te has leído «Entre Fermentos» sabrás que la mayoría de potenciales beneficios de la kombucha que se están estudiando en la actualidad, como este, se relacionan con los ácidos orgánicos de esta, no con los microorganismos vivos).

Primero me parece muy importante aclarar que todo lo que escriba de aquí en adelante no sustituye en absoluto a lo que te aconseje tu médico. Ante la duda, siempre consulta con tu médico.

Vale, ahora entremos en materia. La comunidad médica NO lo recomienda por 2 razones: la kombucha tiene algo de alcohol y está sin pasteurizar.

Sobre el alcohol en la kombucha tengo este post que está muy completo desgranando cuánto alcohol tiene cada tipo de kombucha. Si no te lo has leído, es interesante que le eches un ojo para entender mejor el resto del artículo. Teniendo en cuenta que la gran mayoría de kombuchas comerciales han sido sometidas a una segunda fermentación, no hay mucho más que comentar: la kombucha tiene un poco alcohol residual y el consenso médico desaconseja su consumo en estas situaciones.

Sobre el segundo punto hay más debate (en el cual no voy a entrar ahora). En la etiqueta «sin pasteurizar» entran muchos alimentos distintos: algunos con riesgo alto y otros con riesgo nulo. La kombucha se situaría en el margen del debate junto al vinagre sin pasteurizar: son alimentos con un pH muy bajo (si se hacen correctamente, por supuesto) que inhiben casi con totalidad el crecimiento de microorganismos patógenos (de esto hablo largo y tendido en mi libro). Sin embargo, para evitar confusiones y riesgos innecesarios, se desaconsejan todos y ya está. Hasta ahí todo claro, ¿no?

Vale, vamos por partes. La gran mayoría de líneas de investigación sobre los potenciales beneficios de la kombucha están orientadas a los posbióticos y principalmente a la extraordinaria composición de ácidos orgánicos que posee la kombucha cuando se realiza de forma correcta como ya hemos comentado. Entonces, ¿se podrían aprovechar estos potenciales beneficios eliminando el alcohol y si se necesitara, los microorganismos vivos de la kombucha?

Si hacemos un vinagre de kombucha de calidad (que os adelanto que no es dejar que la kombucha se “avinagre”… eso sabe a “aguachirri”, no es vinagre) todo el alcohol presente se metaboliza en ácidos orgánicos. Adiós alcohol.

Si se necesitara eliminar los microorganismos vivos, ¿sabéis que se puede pasteurizar en casa tanto la kombucha como el vinagre? Además se pueden hacer cientos de bebidas con base de vinagre de kombucha como shrubssekanjabins o switchels (en versiones saludables con kombucha, sin azúcar y sin alcohol).

Sé que esto parece algo un poco raro o complicado, pero nada más lejos de la realidad. Es muy sencillo y se puede lograr en casa en poco tiempo y con absoluta seguridad. Para empezar a hacer kombucha desde 0 tengo mi manual gratuito «Descubre la Kombucha» que te llega de regalo cuando te suscribes a la FermentLetter (mi newsletter gratuita sobre nutrición y fermentación alimentaria). Y para aprender a hacer vinagre de kombucha sin alcohol y a pasteurizarlo (junto a muchísimas cosas más ya que a día de hoy son más de 30 clases y creciendo cada día), está mi curso «Descubre la Kombucha: la aventura continúa«.

Si quieres aprender a transformar la kombucha en un alimento seguro en el embarazo (lactancia, niños, personas inmunodeprimidas…), y aprender a consumir vinagre de kombucha en forma de bebidas divertidas, seguras y originales (entre muchísimo otro conocimiento), te invito a mi curso del cual puedes leer todos los detalles AQUÍ.

Repito para finalizar, este artículo no sustituye de ninguna manera al consejo de tu médico.

¡Te espero en el curso! ¡Un abrazo!

curso de kombucha